lunes, 10 de septiembre de 2012

EL RESPETO COMIENZA EN CASA

MENSAJE PARA LOS PADRES...

Lee con tus papás el siguiente texto y realiza un comentario sobre éste.

Los valores se esculpen en nuestras personalidades como si se tratara de una escultura. El núcleo familiar es el que se encarga de sembrar los valores necesarios para convertirnos en mejores ciudadanos y se debe estar consciente de la importancia de esto si queremos realmente cambiar un país.

Si te enteras que tu hijo estuvo castigado en el colegio por pegarle a otro niño, la opción de muchos padres es reprender con violencia, pero no se está tomando en cuenta que el niño reforzará este comportamiento y relacionará el resolver sus problemas a través de la violencia del más fuerte sobre el más débil.

La psicóloga Raiza López Blanco, explica que los niños tienden a imitar los comportamientos que ven en casa y por esa razón no es recomendable reprenderlos físicamente a la hora de un inconveniente o mal comportamiento.

Los valores y el deber ser son infundados a los niños por las personas más cercanas, es decir, papá, mamá o hermanos; pero también juegan un papel muy importante las maestras, los amigos, etc.

“Las personas necesitan sentirse admitidas en los grupos humanos a los que pertenecen, y en ese proceso buscan el ‘deber ser’ de los que lideran”, expone la especialista y aclara que esta situación debe darse desde el hogar.

El respeto es el valor fundamental para ser mejores ciudadanos. Respetar no es agachar la cabeza, respetar es escuchar al otro y lograr que ambas partes lleguen a un consenso, cubran sus necesidades y mantengan sus derechos. El respeto es reconocer la importancia del otro y establecer relaciones ganar-ganar con el entorno.

Lo ideal es crear una cultura de respeto entre las personas para crear un ambiente de armonía y tolerancia. Los dilemas se resuelven a través de una buena comunicación y negociación en la que exista ganancia para ambas partes.

En nuestro país el respeto se ha ido perdiendo porque se ha tomado una cultura más de tribu que urbana. En las tribus, cada una tiene sus reglas y valores; en lo urbano, existen reglas y valores para todos los que viven en una misma ciudad. Esta diferencia ha generado el irrespeto hacia el bien común.

Debe ser desde la familia que se inculque que respetar es escuchar y que hacerse respetar es lograr ser escuchado, y llevar esto a todos los ámbitos de la vida para cambiar, no sólo el país, sino el mundo.

A partir de los dos años, las personas comienzan a estar conscientes de su entorno y es cuando se debe dar los mejores ejemplos. Según la especialista, en esta fase se generan huellas de comportamiento emocional que a largo plazo podrían ser contraproducentes. Las semillas que se siembren en los niños durante esta etapa, perdurarán en él a lo largo de su vida.

“Ser un buen ciudadano es habitar la ciudad, cumplir las normas, obedecer al líder y votar. Ser un buen ciudadano es tener el don de crear, proponer y transformar”.








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